Era un hombre duro... y demasiado encantador como para resistirse a él.
El magnate de negocios Rory Flanaghan era alto, atractivo y muy, muy sexy. Cuando Cara Sheehan empezó las sesiones con Rory como entrenador personal, el ejercicio cobró para ella un significado totalmente distinto. Pero, aunque era bastante inexperta en cuestiones de sexo, lo que sí sabía era que el corazón de Rory tenía echado el cerrojo.
Él quería demostrarle lo que se estaba perdiendo. Con una caricia, con un beso, con una noche de pasión, la tendría rendida. Y una sola noche no sería suficiente…