Marty Owens era una mujer práctica, pero aunque contratar a aquel hombre tan atractivo pareciera una locura ella estaba desesperada y Cole Stevens tenía unas manos fuertes y una voz seductora que parecía asegurarle que haría el trabajo rápido y bien. Parecía lógico que viviera en la casa para así poder trabajar día… y noche. Lo que no tenía ninguna lógica eran las fantasías que ella, que era tan seria, estaba teniendo con él; no podía dejar de imaginarse abrazada a aquel musculoso cuerpo en la cocina, en el dormitorio, en la ducha…