¿Correcto comportamiento o salvaje abandono?
Modelo de virtudes, la señorita Lillian Davenport poseía una reputación sin igual. Pero entonces ¿por qué se ofreció a pagar a Lucas Clairmont, el peligroso americano, por un simple beso?
Lucas se negaba a dejarse moldear por la sociedad y a menudo bordeaba el lado oscuro de la justicia, pero la bondad y vida impecable de Lillian lo fascinaban. Él había ya intuido que detrás de aquellos exquisitos modales se ocultaba una mujer de extraordinaria sensualidad.
Para Lillian, comprar un beso de Lucas significó liberar algo salvaje en su interior. Su ordenado y virtuoso existir nunca volvió a ser el mismo…