En este relato interactúan por lazos comerciales el señor Bacon, un hombre maduro, que hizo fortuna con la joyería y una aristócrata venida a menos, la duquesa de Lambourne por su marido arruinado.
La mujer vende perlas falsas a Bacon a cambio de ofrecerle a su hija Diana.
La duquesa necesita dinero para salvar su honor, sabe que Oliver Bacon ama a su hija Diana y le ofrece invitarlo a su casa el fin de semana a cambio de que le compre las perlas falsas por veinte mil libras esterlinas. Bacon que vive solo acepta, a pesar que la edad no le permite arriesgarse así…