El estado de ánimo de Christopher Marchant era tan sombrío como las oscuras nubes que se acumulaban junto a su mansión. Cuando una bella mujer quedó atrapada en mitad de una tormenta, Christopher actuó como lo haría cualquier caballero. Una vez rescatada, la dama debía partir. Pero si Hero Ingram se iba con las manos vacías, su tío la castigaría. Entonces Christopher se dejó envolver por su valerosa rebeldía, no exenta de vulnerabilidad, como caballero que era decidió protegerla y acompañarla en su aventura. A cambio, ella despertaría su lado más apasionado…