Nell Ruthven creía haber perdido la oportunidad de ser madre después de que a los diecinueve años se viera obligada a dar a su bebé en adopción. Ahora que era una mujer soltera e independiente acababa de descubrir que tenía un pequeño nieto que necesitaba ayuda. Y el abuelo del pequeño, el ganadero Jacob Tucker, estaba en la ciudad.A los treinta y nueve años, ninguno de los dos habría imaginado que serían padres y mucho menos abuelos. De hecho, ni siquiera creían que volverían a verse. Pero el pequeño Sam iba a darles una segunda oportunidad… quizá también para enamorarse.