Seis años atrás, Beth Miller se había enamorado perdidamente del atractivo mallorquín Jaime Caballeros. Había creído que él sentía lo mismo por ella hasta que descubrió que estaba prometido a otra mujer. Con el corazón partido, había tenido que dejarlo y sólo poco después había descubierto que estaba embarazada de su hijo.
Ahora, Beth necesitaba la ayuda de Jaime, o más bien la necesitaba su hijo. Jaime era un renombrado cirujano y el pequeño Jacey su paciente. Pero poco sabía él que el enfermo que tenía a su cargo era su propio hijo.